martes, 11 de mayo de 2010

Los sueños según el Talmud (III)


Más sobre sueños:

Y Rabí Iojanán dijo: Tres tipos de sueños se cumplen: El sueño matutino; y el sueño que su amigo soñó acerca de él; y el sueño que está interpretado dentro de un sueño. Y hay quien dice: También el sueño que fue repetido, tal como está dicho con relación a los sueños del Faraón: “Respecto a la repetición del sueño al Faraón en dos veces, ellos se debe a que el asunto se encuentra preparado frente a Dios, y Dios Se apresura a llevarlo a cabo” (Génesis 41:32).

Rabí Shmuel bar Najmani dijo en el nombre de Rabí Ionatán: No se le muestra a una persona en sus sueños sino nada más que el contenido de sus propios pensamientos diurnos, tal como está dicho: “Tú, oh Rey, tus pensamientos subieron a ti mientras estabas en tu cama” (Daniel 2:29). Y si quieres te diré que se aprende de aquí: “Los pensamientos de tu corazón conocerás” (ídem).

Una enseñanza similar:

Rava dijo: Debes saber que a una persona nunca se le muestra en sueño lo que trasciende los límites de su realidad diurna: no una palmera de oro, y no un elefante entrando por el ojo de una aguja. (56a)

Un incidente relacionado:

El César, el emperador romano, le dijo a Rabí Iehoshúa, el hijo de Rabí Janania: Vosotros decís que sois muy sabios. Como una prueba de esto, dime qué veré en mi sueño esta noche. Rabí Iehoshúa le dijo: Verás que los persas te pondrán a trabajar al servicio de su rey y te forzarán a pastorear animales inmundos con un báculo de oro. Al escuchar semejantes cosas, el César pensó el día entero en esto y a la noche vio en sueños lo que Rabí Iehoshúa le dijera.

Un hecho similar:

El rey Shavur le dijo a Shmuel: Vosotros decís que sois muy sabios. Como una prueba de esto, dime qué veré en mi sueño esta noche. Shmuel le dijo: Verás que vienen los romanos y te toman cautivo y te forzarán a moler huesos de dátiles con un molino de oro. Al escuchar semejantes cosas, el rey pensó el día entero en esto y a la noche vio en sueños lo que Shmuel le dijera.

Los sueños de Abaie y Rava:

Bar Hedia era un intérprete de sueños. A quien le pagaba, le interpretaba el sueño para bien, y a quien no le pagaba, le interpretaba el sueño para mal. En cierta ocasión Abaie y Rava soñaron un mismo sueño. Abaie le dio un zuz a Bar Hedia para que le interpretara su sueño y Rava no le dio nada. Le dijeron: En nuestro sueño nos leyeron el versículo: “Tu buey será degollado delante de tus ojos pero no comerás de él” (Deuteronomio 28:31). A Rava le dijo: tu negocio fracasará y debido a la pena de tu corazón, no querrás comer. Y a Abaie le dijo: Tu negocio dará provecho y debido a tu alegría de corazón no querrás comer.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: En nuestro sueño nos leyeron el versículo: “Darás a luz hijos e hijas pero ellos no serán tuyos porque irán en cautiverio” (Deuteronomio 28:41). A Rava le dijo: Su mal sentido, es decir, que tus hijos serán tomados en cautiverio, se cumplirá en ti, y a Abaie le dijo: Tus hijos e hijas se multiplicarán; tus hijas se casarán con extranjeros y solo te parecerá como si se hubieran ido en cautiverio.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: Nos leyeron el versículo: “Tus hijos e hijas serán dados a otro pueblo” (Deuteronomio 28:32). A Abaie le dijo: Tus hijos e hijas serán numerosos. Tú dirás que se casen con tus parientes, y ella, tu esposa, dirá que se casen con sus parientes. Y ella te forzará y los darás a sus parientes, lo que, en cierta medida, es como “otro pueblo”. A Rava le dijo: Tu esposa morirá, te volverás a casar, y tus hijos e hijas vendrán a las manos de otra mujer. Porque Rava dijo en el nombre de Rabí Irmia bar Aba, en el nombre de Rav: ¿Qué significa lo escrito: “Tus hijos e hijas serán dados a otro pueblo”? Se refiere a la esposa del padre, es decir, una madrastra.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: En nuestro sueño nos leyeron el versículo: “Ve, come tu pan con alegría” (Eclesiastés 9:7). A Abaie le dijo: Tu negocio prosperará y comerás y beberás, y en la alegría de tu corazón pronunciarás el versículo. A Rava le dijo: Tu negocio fracasará, matarás un animal para comer carne pero no comerás ni beberás, y pronunciarás ese versículo para mitigar tu ansiedad.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: Nos leyeron el versículo: “Mucha simiente dará el campo, pero cosecharás poco porque la langosta lo devastará” (Deuteronomio 28:38). A Abaie le dijo su interpretación solo de la primera parte del versículo y a Rava le dijo su interpretación de la última parte del versículo.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: Nos leyeron el versículo: “Tendrás olivos en todos tus confines pero no te untarás con aceite porque las aceitunas caerán antes de tiempo de los olivos” (Deuteronomio 28:40). A Abaie le dijo su interpretación solo de la primera parte del versículo y a Rava le dijo su interpretación de la última parte del versículo.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: Nos leyeron el versículo: “Entonces todos los pueblos de la tierra verán que el nombre de El Eterno es proclamado sobre ti y te temerán” (Deuteronomio 28:10). A Abaie le dijo: Tu nombre se difundirá porque llegarás a ser el director de una academia de estudios – Rosh Ieshivá - y el mundo te temerá. A Rava le dijo: El tesoro del rey será despojado y serás arrestado como si realmente tú fueras el ladrón. Y todos, a partir de ti, aplicarán el método de inferencia del más débil al más fuerte - kal vajomer -, y dirán que si tú eres sospechoso sin base alguna, mucho más entonces ellos, y temerán por ti. Y al día siguiente el tesoro del rey fue despojado y vinieron y arrestaron a Rava.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: Vimos una lechuga sobre la boca de una cuba. A Abaie le dijo: Tu negocio, es decir, tu mercadería, se duplicará como la lechuga, y a Rava le dijo: Tu negocio, es decir, tu mercadería, se tornará amargo como la lechuga.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: Vimos carne sobre la boca de una cuba. A Abaie le dijo: Tu vino será aromático y todos te vendrán a comprar carne y vino. A Rava le dijo: Tu vino se tornará agrio y todos vendrán a comprar carne para comerla con él.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: Vimos un barril que colgaba de una palmera. A Abaie le dijo: Tu negocio crecerá como una palmera. A Rava le dijo: Tu negocio será dulce como los dátiles de una palmera, es decir, que venderás tu mercadería a un precio muy barato.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: Vimos una granada brotando de la boca de una cuba. A Abaie le dijo: Tu negocio, es decir, tu mercadería, será caro como una granada y tu ganancia se multiplicará. A Rava le dijo: Tu negocio, es decir, tu mercadería, será agrio como una granada y todos lo despreciarán.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: Vimos un barril que cayó en un pozo. A Abaie le dijo: Tu negocio, es decir, tu mercadería, tendrá mucha demanda, tal como el que dice: “El pan ha caído en un pozo y no se encuentra”. A Rava le dijo: Tu negocio, es decir, tu mercadería, será arruinado y arrojado en un pozo.

Tuvieron otro sueño y le dijeron: Vimos un burro joven que estaba parado cerca de nuestras cabezas rebuznando. A Abaie le dijo: Serás un rey, es decir, el director de la academia de estudios – Rosh Ieshivá, y un declamador se parará a tu lado para pronunciar en voz alta tus enseñanzas. Y a Rava le dijo: Las palabras hebreas peter jamor - el burro primogénito –, que figuran en una de las cuatro secciones de la Torá que se escriben en las filacterias de la cabeza, están borradas en las filacterias – tefilín - de tu cabeza. Al escuchar esta afirmación, Rava le dijo: ¡Yo mismo lo he visto y esta expresión hebrea está! Bar Hedia le dijo: La letra hebrea vav en las palabras peter jamor ciertamente se han borrado de tus filacterias.

Sueños de Rava:

Finalmente Rava fue solo a lo de él, es decir, a los de Bar Hedia, para que le interpretara sus sueños. Rava le dijo: Vi que la puerta exterior de mi casa se había caído. Le dijo: Tu esposa, que protege tu casa, morirá.

Rava tuvo otro sueño y le dijo: Vi que mis muelas y mis dientes delanteros se habían caído. Le dijo: Tus hijos e hijas morirán.

Rava tuvo otro sueño y le dijo: Vi dos palomas volando. Le dijo: Te divorciarás de dos esposas.

Rava tuvo otro sueño y le dijo: Vi dos cabezas de nabo. Le dijo: Recibirás dos garrotazos. Y precisamente ese día Rava fue y se sentó en la casa de estudio el día entero y encontró dos personas ciegas que se golpeaban una a la otra. Rava fue a separarlos y ellos le dieron dos golpes. Cuando levantaron el palo para proporcionarle otro golpe, Rava dijo: ¡Me es suficiente! Solo dos cabezas de nabo vi en mi sueño.

Más sueños de Rava:

Al final, Rava vino y le dio un pago a Bar Hedia para que continuara interpretándole los sueños. Después Rava le dijo: Vi una pared que se derrumbó. Le dijo: Adquirirás propiedades sin límite.

Tuvo otro sueño y le dijo: Vi que la mansión de Abaie había caído y me cubrí en su polvo. Le dijo: Abaie morirá y su academia vendrá a ti y serás el director de la misma.

Tuvo otro sueño y le dijo: Vi que mi mansión caía y todos venían y tomaban cada ladrillo y ladrillo. Le dijo: Tus enseñanzas se esparcirán a través del mundo.

Tuvo otro sueño y le dijo: Vi mi cabeza dividirse y mi cerebro caer. Le dijo: Las plumas se saldrán de la almohada.

Tuvo otro sueño y le dijo: El Halel Egipcio – conjunto de salmos - me era recitado en mi sueño. Le dijo: Te sucederán milagros.

Un relato:

Bar Hedia estaba viajando junto con él, Rava, en un bote. Dijo: ¿Para qué estar junto a un hombre a quien le sucederá un milagro? Tal vez se hunda el bote y él se salvará. Mientras desembarcaba se le cayó un libro. Rava lo encontró y vio que estaba escrito en él: “Todos los sueños van detrás de la boca de quien los interpreta”. Entonces Rava le dijo: ¡Malvado! ¡La interpretación de mis sueños dependía de ti y tú los interpretaste para mal y me causaste tanto dolor! Por todo te perdono excepto por la hija de Rav Jisda, mi esposa, que murió de acuerdo con tu interpretación de uno de mis sueños. ¡Sea la voluntad de Dios que este hombre sea entregado a un régimen que no tenga piedad de él!

Al escucharlo, Bar Hedia dijo: ¿Qué haré? Tenemos la tradición de que la maldición de un sabio, aun gratuita, ha de llegar y cumplirse, y mucho más tratándose de Rava, que me maldijo justificadamente. Dijo: Me levantaré e iré al exilio, porque dijo el maestro en la baraita: El exilio expía el pecado.

Se levantó y se exilió en la casa de los romanos, es decir, Roma, y fue y se sentó en la puerta del Principal Guardián del Tesoro Real. El Principal Guardián del Tesoro Real vio un sueño y le dijo: Vi en el sueño que una aguja se insertaba en mi dedo. Bar Hedia le dijo: Dame un zuz para que te interprete el sueño, pero no le dio un zuz. Entonces no le dijo nada acerca de su primer sueño. Luego le dijo el Guardián: Vi un gusano que se había posado sobre dos de mis dedos. Bar Hedia le dijo: dame un zuz pero no le dio un zuz y entonces nuevamente no le dijo nada acerca de este segundo sueño. Luego el Guardián le dijo: Vi un gusano que se había posado sobre toda mi mano. Bar Hedia le dijo: Los gusanos se han posado sobre todas las vestimentas de seda del palacio real, que estaban a cargo del Guardián.

En la casa del Rey lo escucharon y lo trajeron al Principal Guardián del Tesoro Real. Mientras se preparaban para matarlo, les dijo: ¿Por qué a mí? Traed al que lo sabía pero no dijo absolutamente nada. Entonces trajeron a Bar Hedia y le dijeron: ¡Por tu zuz se han destruido (56b) las vestimentas de sedas del rey!

Ataron dos cedros cercanos con una soga y ataron una de sus piernas a un cedro y una de sus piernas al otro cedro. Y entonces desataron la soga que unía a los cedros hasta que su cabeza se partió. Cada uno de los cedros volvió a su lugar, y se partió y cayó partido en dos.


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